
Pronto acabará el curso, y nuestro profesor de filosofía nos pide al menos una redacción por trimestre y ahora, acabo de finalizar la mía...
¿Realmente soy libre?
Abro el armario y miro y pienso la ropa que voy a ponerme. Para cada lugar al que voy, para cada ocasión a la que asisto, me visto de una manera o de otra, al igual que con mi comportamiento.
Vivimos un país libre, o eso dicen… Pero… ¿es eso verdad? ¿Somos libres al 100%?
Pienso y actúo, aceptando las consecuencias de mis actos, por lo tanto, me consideraría un mayor de edad, según Kant, pero no es cierto que las personas seamos mayores de edad al 100%, porque no siempre actuamos como quisiéramos, sino siguiendo unas normas, un caminito que se nos ha marcado y del cual no debemos salir. Esto es gracias a que vivimos en sociedad, una sociedad con unas libertades, pero también unas limitaciones, unas normas que tendremos que cumplir, porque sino no viviríamos en una sociedad civilizada, seríamos todos hombres que viven en una selva y viviríamos en una constante lucha por la supervivencia.
Además de todo esto, en nuestra sociedad esta puesta una serie de ejemplos a seguir, estereotipos a los que aspirar. Aunque no nos demos cuenta, puesto que vivimos en un mundo de sombras, actuamos según las normas que se nos han enseñado de pequeños, seguimos los estereotipos (a veces odiados por nosotros mismos) que vemos en nuestra sociedad.
Hoy en día las mujeres se matan por tener un cuerpo delgado, pero con curvas, hacen lo imposible para tener el mismo cuerpo que el de esa modelo, dietas, ejercicios…. No les gusta que a todos los hombres les guste ese tipo de persona, el estereotipo que se ha impregnado en nuestra vida, pero aún así, piensan que es lo correcto, lo mejor, le perfección… Con esto, me doy cuenta de que no… no vivimos libres en la sociedad, estamos atados a unas normas, unos estereotipos y vivimos en una cueva llamada Tierra, bajo una oscuridad llamada luz.
Pero por otra parte, las personas la libertad, esa libertad que si que vemos presente (o al menos en parte) es la libertad de obrar, la libertad por la que podemos vivir mejor, vivir dignamente, como bien dice Max Horkheimer en el texto sobre el concepto de libertad: Las guerras […] han modificado sus fines inmediatos. […] se trata de aumentar la riqueza, el poder y la seguridad. El objetico [….] es la libertad de obrar [….]. Poder hacer lo que uno quiere, poder elegir entre muchas cosas, verse limitado por el menor número de circunstancias [….]. Esta libertad de obrar hace que tomes decisiones, te hace mayor de edad, como bien explica Kant en su texto sobre la Ilustración, y estas decisiones hacen posible que elimines ciertos límites.
Por lo tanto, pienso que no habría una respuesta clara a la pregunta ¿realmente soy libre?, la única respuesta que puedo encontrar es un sí, pero no. Es cierto que somos libres, porque en la sociedad que vivimos podemos elegir qué estudiar, qué persona a la que votar, etc., pero aún así tenemos nuestras limitaciones, una libertad cerrada por una serie de normas de las que no nos podemos salir, porque sino estaremos fuera de lugar, no actuaríamos como los demás quieren, de forma natural, frecuente, habitual… Vivimos en una sociedad de menores y falsos mayores de edad, porque nunca se puede ser al 100% libre y no se puede llegar a ser al 100% mayor de edad.
Tu libertad acaba cuando empieza la del prójimo.
ResponderEliminarNo vivimos en la libertad de hacer lo que realmente nos pudiera apetecer como podría ser toda una serie de infracciones de la ley, pero sí se podría decir que vivimos en libertad dentro de nuestras circunstancias, en cuanto a libertad política y de actos.
En cuanto a libertad social... aún hay en la mente humana muchos pensamientos arcaicos, demasiados, y, aunque poco a poco se vayan desarraigando, ahí siguen. Aquí es donde nosotros, la juventud se supone, metemos mano, donde hacemos que vayan cambiando las cosas.
Un ejemplo claro es Japón, la gente va por la calle como quiere y no se miran mal los unos a los otros, se respetan, son uno más. Aquí lo que prima es no llamar la atención, pero eso lo tenemos que decidir cada uno de nosotros, porque no es solo la sociedad la que nos corta las alas, somos nosotros mismos haciendo caso a esa sociedad.
Yo creo que sí somos libres solo que no sabemos aprovecharlo.
Estereotipos... solo puedo decir que es lo que vende y lo que ya está en la mente de todos, solo se puede vivir con ello. Se desea que no todos los hombres se desvelen por una estereotipada, pero no todos lo hacen, además de ser lo que ven de pequeños donde se empiezan a implantar los gustos ajenos. Todo viene de familia.
Ser mayor de edad y ser maduro no tienen por qué ir de la mano. Siempre nos queda madurar, a unos más que a otros, perop, lo que dices en tu redacción.
¿Reiniciamos el mundo?