martes, 9 de agosto de 2011

lunes, 8 de agosto de 2011

El comienzo...


Salgo al balcón y no es más que otro día de este largo y aburrido verano.
Hoy hace algo de viento y el mar está algo movido, hay bandera amarilla. Quizás vaya a pasear un rato por la playa, siempre le viene bien a mis pies...
Tras desayunar y aburrirme de no ver nada en la tele, me bajo a la playa a pasear un rato. Son simplemente las 12, pero no hay mucha gente en la playa (gracias a dios).
La playa no me solía gustar, por la cantidad de gente que hay, me agobia mucho; pero ahora que vivo en un pueblo alejado de la gran ciudad que tiene tanto playa como montaña cerquita, no me desagrada tanto esto de la playa. Me gusta caminar descalza por la arena húmeda de la orilla del mar y sentir como las olas se rompen a mis pies. Es refrescante y relajante a la vez.
No hay casi gente bañándose, aunque es lógico, con estas olas y el viento... yo tampoco me bañaría, solo hay gente que practica kitesurf. Es curioso ese deporte, quisiera probarlo alguna vez.
Hay gente también en la arena, los adultos tomando el sol o leyendo y los niños jugando con la arena a hacer castillos.
Sigo caminando, sumergida en mis pensamientos... osea... nada.
-¡Cuidado! -oigo gritar a un joven, cuando de pronto, distraída por su grito tropiezo y caigo al suelo. ¡¡Me había tropezado con una tabla de kitesurf!!
-Lo siento...
Me levanto como puedo, con la ayuda del desconocido que gritó y que ahora se disculpaba. Me levanto por completo y sacudo la arena de mi cuerpo, mientras escucho al chico pedir perdón.
-No te.... -mis palabras se cortaron al encontrarme con su rostro -preocupes...
-¿En serio? ¿No te ha pasado nada?
-Si, no te preocupes
Salgo de ahí con cara de poker. Sí, era guapísimo el chico, ¿por qué negarlo? Pero... ¿de qué servía? Esto no es ninguna película americana ni historia de cuento de hadas... cuanto antes me olvidase de su rostro mejor...